Es en ese momento, en el que me escapo a ese lugar en nuestros sueños...
Es un campo, de hierba verde, alta, mecida por una brisa caprichosa, y salpicado de lilas y amapolas.
Comienzo a caminar por él, sabiendo lo que estoy buscando. Te busco a Tí, mi secreto, la única persona en el mundo que es capaz de entenderme.
Estás ahí, sentado..., me miras y me atrapan tus ojos. Y extiendes tus brazos, y yo corro a tu encuentro. Me abrazas..., y consigues en un segundo recomponer los pedazos en los que mi alma ha quedado, y me meces con ternura, como si fuera un niño asustado. Me rozas el pelo con tus labios,
acercas tu boca a mi oido, produciendo escalofrios a mi cuerpo torturado..., y preguntas en un susurro ¿tienes idea de cuanto tiempo te llevo esperando?.
Se detiene el tiempo, atrapado en nuestras manos, manos ansiosas que buscan caricias nuevas, diferentes a cualquier otras manos que me hayan acariciado...
Ahora me siento a salvo, ahora tiene sentido el latido de mi corazón acelerado, late por tí. Te miro a los ojos, y lo vuelves ha hacer... me has hipnotizado con tus ojos color miel.
Y me pierdo en ellos, en su transparencia, en esa profundidad infinita, en ese sentimiento que no se puede ocultar, que no queremos ocultar.
Nuestras bocas ansiosas se buscan, se juntan en un beso exigente, pero a la vez suave, calido, demoledor...
Me estrecho aún más contra tu pecho, y somos un solo cuerpo, una sola alma, un solo deseo ardiendo como una llama...
Cuando recobramos la consciencia, cuando nuestro tiempo se ha acado, cuando hay que volver a la realidad... me susurras muy bajito
Buenas noches mi amor..., nos vemos en el lugar de nuestros sueños.
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