Yo me dejé caer por allí, pero sin pretender nada de tí, ya que muchas veces me siento mal, cuando aparezco por aquí rota, con una necesidad enorme de que me consueles, y anoche, no era el caso. Sólo fuí allí a pensar...
¿Tienes idea de cuanto tiempo te llevo esperando?.
Tu pregunta de siempre me sacó de mis pensamientos..., y entonces me dí cuenta de la tristea que había en tus palabras.
Te miré a los ojos, los que cada vez que me miran me hipnotizan..., de color miel líquida, pero, esta vez, sólo encontré tristeza.
Te abracé, aterrada por no saber qué te pasaba.
Por mi mente, empezaron a pasar pensamientos que no queria pensar... ¨Se ha cansado de mí, de darme su calor, sus besos...¨.
¿Que pasa?, le pregunto aterrada, esperando la respuesta que me iba a romper el alma...
Él nota mi miedo, y a su vez me abraza. ¨No es lo que piensas¨, me dice, es sólo que no se si los sueños son suficientes para que no te vayas de mi lado, para mantener vivo lo que sentimos, para que no busques otras manos más que mis manos, otros labios más que mis labios, otra persona que comparta contigo el tiempo cuando no soñamos...
Puse mi mano en su boca, callandolo, y le dije muy despacio: No hay manos que mi cuerpo hayan surcado que no haya deseado más que tus manos, ni labios que hayan dibujado mi deseo, como tus labios me han dibujado..., Ni otra persona, en cualquier lugar o sueño, que me haga sentir tan plena, deseada y querida, como me haces sentir tú cuando estás a mi lado.
Tú, estás conmigo siempre, esté o no está soñando...
Y me besas, y me abrazas y acabas así nuestro dialogo, terminando de esta forma con las dudas de ambos.
Más tarde, cuando los dos estamos saciados, me susurras muy bajito
Buenas noches mi amor... Nos vemos en el lugar de nuestros sueños.
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